La inseguridad en las personas ha aumentado, muchos no confían en el transporte público, se ha creado la falsa percepción de que buses y taxis, al ser utilizados por gran cantidad de gente pueden ser unos centros de contagio de la COVID-19. A pesar de esto, no hay un estudio fiable que confirme que el transporte público sea un punto de alto contagio. Incluso en Corea se logró desarrollar una plataforma que intentaba estudiar que tan alto podía ser el contagio en este sistema, arrojando como resultado que no había contagios entre las personas que utilizaban este estilo de transporte. Aunque claro, todo es cuestión de qué tanto las personas que utilicen este sistema y las empresas, se aseguren de tener todas las precauciones y seguir todos los lineamientos de bioseguridad.
Ahora puede que te preguntes, si en Colombia sí se siguen todas las medidas de bioseguridad en el sistema de transporte público, pues el Grupo Movalto ha estado muy enfocado en ofrecer un servicio con el mínimo riesgo de contagio para sus usuarios y conductores. Por medio de procesos tanto de desinfección de vehículos como de educación y sensibilización de conductores.
Estos procesos en buses consisten de una desinfección diaria con aspersión y una dotación a los conductores con los implementos para estar desinfectando constantemente los espacios. Además, para cumplir con el distanciamiento se tiene una cantidad limitada de asientos, con señalización en aquellos espacios que no pueden ser usados por los usuarios y recomendaciones en relación a las medidas de bioseguridad que estos deben seguir durante su trayecto dentro del vehículo. Incluso estos buses están equipados con canecas de basura para que el que necesite deshacerse de algún tipo de residuo pueda hacerlo de la forma más segura cuidando su salud y la de los demás.
En el caso de los taxis se tiene otro proceso, el cual consiste en la desinfección diaria del vehículo por parte del conductor con kits de desinfección que les hemos suministrado tanto para su automóvil como para su auto-cuidado. Además, de la importancia que las empresas le han dado a programas de sencibilización y educación tanto para usuarios como conductores que a través de redes sociales y puntos de atención, buscan que se tenga el mayor cuidado al utilizar y brindar el servicio de taxi.
Es claro que se ha demostrado que el transporte público no es un punto de contagio que haga saltar las alarmas, siempre y cuando los usuarios tengan presentes las medidas de bioseguridad para evitar el contagio de COVID-19. Porque pueden estar seguros, que la empresa siempre estará velando por ofrecer un transporte seguro tanto a sus usuarios como a sus conductores.